miércoles, 7 de julio de 2010

Sr.. ¿Presidente?

Hemos visto durante estos casi seis meses de gestión del Sr. Porfirio Lobo Sosa, sus arduos esfuerzos por buscar el apoyo y ayuda de la Comunidad Internacional, de la mano del Canciller Mario Canahuati, y todo el gabinete de ministros, e incluso alguno que otro del Poder Legislativo. Viajes han ido y venido, comisiones han entrado y salido de Casa Presidencial, incluso ha puesto en riesgo la soberanía y derecho interno de Honduras con tal de recibir el tan anhelado reconocimiento, pero nos preguntamos, ¿reconocimiento a quién? ¿A él, o a Honduras?.

Ha habido una clara injerencia en los Poderes del Estado, usando como escudo su preocupación por el reconocimiento, y el regreso del país a un dialogo y reconciliación. Pero al mismo tiempo podemos ver actitudes de soberbia y menosprecio a la labor de una institución que ha hecho mucho bien a nivel social en Honduras, como lo es la Iglesia Católica, y antes de esto llamar ¨Ministro llorón¨ a uno de los pocos miembros del gabinete de presidencia que si ha hablado con honestidad, William Chon Wong (Ministro de Finanzas).

¿Cómo puede el Sr. Porfirio Lobo hablar de RECONCILIACIÓN y UNIDAD, cuando ni el mismo tiene esos dos aspectos en sus relaciones a lo interno de su gabinete, a lo interno de su partido, ni con una de las instituciones que mas han aportado en obras sociales? Y peor aún, no tiene UNIDAD con el pueblo hondureño, ya que su manera tan peculiar de gobernar no tiene coherencia con la forma en que los hondureños queremos que nos gobiernen.

Honduras acudió a las urnas con mucho amor, fé, patriotismo y valor, recuperaríamos plenamente nuestro país, y confiamos con que tendríamos un futuro asegurado para nuestros hijos, pero seis meses después estamos viviendo aún con los fantasmas de una amenaza creada en el Palacio de Miraflores en Caracas, Venezuela.

Sr. Porfirio Lobo Sosa... el pueblo haciendo uso de su derecho de vivir en un país en democracia, lo eligió a Ud. para que guiara al país hacia un futuro próspero, lleno de trabajo, oportunidades, educación, salud. Deje de estar esperando méndigas cooperaciones de unos cuantos afuera. Recuerde que hay 8 millones de personas dentro de su país dispuestas a generar el triple de eso! ¿Pero qué hace falta? Que se de cuenta que Ud. ya es Presidente!


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